Grotescas supersticiones…
Grotescas supersticiones, en los programas de algunas estaciones de radio
martes 14 de noviembre de 1995
Deformaciones humanas
No por cierto, no es el caso de las discapacidades congénitas o adquiridas en algún lance dramático las que ocupan este espacio. Hacia estos prójimos, el respeto más grande y la admiración por su grandeza de ánimo, por su indómita resistencia en las adversidades y sus triunfos, según dicen, en competencias deportivas internacionales. A lo menos ahí se muestra la virtud y la gallardía de los mexicanos.
Son aquí las otras deformaciones, las que se adquieren en el roce diario con la mugre que nos envuelve; son las desviaciones que nacen de la malicia y de la inmundicia que alcanza hoy niveles de náusea; son las deformaciones que alteran el noble perfil humano y convierten a muchos congéneres en lastimoso monigote donde el hombre ha dejado de ser hombre, en toda la excelsitud de esta palabra.
Denigrantes patrañas
Lo oye uno y no acaba de creerlo: con toda la frescura del mundo, con el mayor cinismo y desvergüenza se propalan a través de algunas frecuencias de la radio, las peores aberraciones, las más escandalosas, patrañas de brujería, rezos y ensalmos, pócimas y porquerías como si se tratara en realidad de un servicio limpio, como de un programa de orientación sincera y digna en bien de la comunidad…
El paseo misterioso de un huevo por aquí y por allá; unas caricias con toronjil y perejil por el órgano enfermo; plumas de cuervo negro, o colmillos de rata; rociar con agua bendita o con aceite de la lámpara sustraídos de una iglesia; el rezo, las palabras cabalísticas; la oración a la sombra de señor san Pedro… Todo eso y otras mil sandeces se transmiten al público en varias estaciones de radio, y son seguidas allá en el cuartucho sórdido de una vecindad.
Deja dinero, ¿o no?
¿Es posible que una empresa radiofónica que se respete, un empresario de conciencia, pueda dejar pasar al aire todo ese engaño y esa manipulación de la ignorancia humana…? ¿Cómo es posible que en otra estación o en la misma se interprete el sueño de cándidos y bobos, y no se mida el alcance que tiene para el publico, el oráculo de la imbecilidad, por los cauces, rumbos, inducciones que ahí se aconsejan con ligereza e irresponsabilidad inconcebibles…?
Son los programas de más audiencia, eso le gusta a la gente, dice el dueño de esas radiodifusoras: dejan dinero y eso basta. La estupidez humana representa un filón de oro: comerciar con analfabetas, envilecer a la población. ¿Y eso a quién le inmuta…? El patriotismo, el respeto de sí mismos… la responsabilidad, una conciencia comunitaria, un crimen de lesa sociedad. ¿Y eso qué es? Aquí la lana…